SEQUÍA Y ALTAS TEMPERATURAS: ¿CÓMO HAN AFECTADO A LAS ENDRINAS?
10 Oct 2022
El pasado domingo 2 de octubre los informativos de La Sexta nos sorprendían con una noticia impactante: el calor y la sequía han “matado” a más de la mitad de las endrinas. Y es que el término empleado, matar las endrinas, parece escrito por el más apasionado de los pacharaneros.
La pérdida de las endrinas, sin embargo, no nos sorprendía porque llevamos todo el verano pendientes de nuestros cultivos de endrinos navarros. Primero, preocupados tras la pérdida de un 30% de la producción por las heladas del mes de abril. Después, por el daño que el extremo calor y la sequía del verano causaban en nuestros endrinos.
Sabemos de otros años el efecto de la sequía: Estrés hídrico se le denomina. La consecuencia es una pérdida de agua en hojas y frutos que hace que éste se desarrolle más pequeño llegando a provocar su pasificación y pérdida si el estrés aumenta.
Pero el calor extremo de este verano no lo habíamos conocido antes. Nadie recuerda tantos días por encima de los 30 grados desde finales de mayo, muchos de ellos sobrepasando los 40 grados con mínimas de 28. La forma en que estas temperaturas afectan a los endrinos es común a todas las especies vegetales: a esas temperaturas aumenta mucho la evaporación de agua desde las hojas y, para tratar de evitar que se sequen, cierran los estomas.
Los estomas son poros de los tejidos epidérmicos de las plantas que permiten que el oxígeno, dióxido de carbono y agua entren y salgan de las hojas. Es decir, es el medio por el que respiran… y sudan. Cuando hace mucho calor las plantas los cierran para no perder mucha agua pero, claro, tampoco pueden respirar. Al no intercambiar oxígeno y dióxido de carbono las hojas no pueden hacer la fotosíntesis y la planta deja de producir energía. El crecimiento de la planta, desde ese momento, se paraliza, y los frutos no maduran.
Las plantas pueden subsistir sin problema varios días por encima de 30 grados, como ha ocurrido años anteriores. Pero con el número de días temperaturas extremas que se han dado este año los endrinos se han debilitado en extremo, han tenido que dedicar la energía y el agua a tratar de mantener las endrinas y el resultado es la exfoliación: la pérdida de las hojas. Así, vemos que los endrinos que tienen frutos han perdido todas las hojas, mientras que los que habían perdido las endrinas por las heladas han mantenido sus hojas. Los árboles con frutos, pero sin hojas y sin fotosíntesis, no tienen sustento para mantener los frutos y terminan tirándolos… y así nos encontramos con la pérdida del 50% de las endrinas que al principio del verano teníamos en los árboles. Como ya habíamos perdido un 30% con la helada en total este año hemos perdido el 65% de la producción de endrinas.
Y, ¿Qué podemos hacer para prevenir estas situaciones? Lo exponía nuestro director de producción en la noticia. Primero, lo que hicimos el año pasado: ser previsores. Aprovechamos la gran producción de endrinas que tuvimos en nuestros cultivos, muy superior a la que necesitábamos, y se la compramos completa a nuestros agricultores para almacenar congelado el sobrante. Más vale pájaro en mano… y gracias a ello este año, a pesar de la escasa producción, podremos seguir haciendo el próximo año nuestro pacharán Zoco con un 100% de endrinas navarras… sin dejar de servir una sola botella.
También hay que pensar en el futuro, y tenemos una solución a medio y largo plazo: aumentar las fincas de endrinos. Para ello este otoño vamos a plantar 8 hectáreas, 6 más en enero de 2023 y 18 hectáreas en invierno de 2024.
Tendremos que esperar tres años después de su plantación para obtener sus frutos. Hasta entonces confiaremos que las lluvias de estos días continúen y que en primavera no hiele para volver a las producciones normales en nuestros cultivos. Y podremos mantener nuestro objetivo: producir un pacharán Zoco 100% navarro.