Cuando nos acercamos a un lineal de licores de supermercado bien surtido nos encontramos la botella de nuestro Pacharán Navarro Zoco rodeada de otras botellas de pacharán. Y nos puede llamar la atención un detalle: el resto de marcas (o la mayor parte) eligen un vidrio mateado, verde u oscurecido para contener sus pacharanes. Esta decisión nos priva de comparar los colores de las marcas de pacharán y, normalmente, en el super nos tendremos que conformar con enfrentar la botella de Zoco contra el fluorescente y disfrutar de su brillante e intenso color rojo sin poder compararlo.

La elección de estas tonalidades para las botellas de otras marcas llama la atención a nuestros clientes y origina una de las preguntas más frecuentes que nos llegan a través de redes sociales y nuestros visitantes: ¿se oxida más fácilmente el pacharán en la botella transparente y por eso las otras marcas eligen vidrios oscuros?

Para encontrar la respuesta analizaremos la “vida” de nuestro pacharán hasta su consumo. Recolectamos las endrinas en los campos de Navarra y las maceramos en depósitos de acero inoxidable. No hay contacto con la luz. Una vez macerado el pacharán lo dejamos estabilizar en depósitos, también de acero inoxidable, hasta que lo filtramos antes de embotellarlo. De nuevo, ningún contacto con la luz del sol.

Una vez embotellado nuestro pacharán Zoco está en una botella transparente… pero inmediatamente introducimos las botellas en cajas de cartón que evitan que la luz lo alcance. De la línea de embotellado las cajas se almacenan, transportan y llegan al supermercado, siempre sin que la radiación solar roce el pacharán. Ya en el supermercado las botellas llegan al lineal… y ahí sí que le da la luz, claro, pero es luz de fluorescente o de LED. Esta luz, ¿nos pone morenos? No, claro, sólo la del sol. Y por la misma razón estas luces blancas no oxidan el pacharán ni ningún producto expuesto en los lineales.

Del supermercado nos llevamos la botella de Zoco en la bolsa de compra al maletero (sin prácticamente exponerla a la luz), y de ahí al mueble del salón (cerrado, sin luz) o al frigorífico. En el frigorífico hay luz, sí, pero recuerdo que hasta Hommer Simpson comprobaba en un capítulo desde dentro del frigo que al cerrar la puerta esa luz se apaga. De nuevo, nuestro pacharán está protegido de los rayos solares. 

Entonces, ¿cuándo le da el sol a la botella de pacharán? Cuando lo sacamos a la terraza para servirlo allí, pero incluso en ese caso trataremos de protegerlo… aunque en realidad lo haremos para que no se caliente. 

Pero si sabemos esto, ¿por qué privar a los consumidores de la oportunidad de comprobar y disfrutar en la botella del color rojo del pacharán? Desde nuestro punto de vista, no hay razón que lo justifique.

Y, ¿no tenemos que hacer nada para evitar la oxidación del pacharán? Pensar esto es un error: la principal causa de la oxidación de licores y vinos no es la luz solar (por las razones ya mencionadas) sino la alta temperatura y sus oscilaciones. Se dice, por ejemplo, que aumentar un grado dobla la velocidad de oxidación. Y las oscilaciones son muy perjudiciales porque hacen que el pacharán “respire” en la botella: al calentarse se dilata exhalando aire, cuando se enfría se contrae inspirando aire fresco con oxígeno. Y este oxígeno, que no la luz, será el causante de que el pacharán que hemos mantenido en el mueble del salón durante “sólo” unos meses se muestre amarronado y poco afrutado cuando lo sirvamos. 

Por tanto, disfruta del color de Zoco desde que lo ves en la botella transparente, y mantén la botella lo más fresca posible y con las menores oscilaciones de temperatura. 

Y un segundo consejo para evitar la oxidación: no dejes para mañana la copa de la sobremesa de hoy.